Quizá, esta pasada tarde se haya disputado el partido más amargo de la selección Española en los últimos tiempos. El resultado era lo de menos, la dignidad era lo único que no debía de perder la actual selección campeona del mundo y logró imponerse por tres goles a cero a Australia, que también llegaba al partido eliminada del Mundial. Este partido se jugó más con el corazón que con los pies y la cabeza.
Una selección de fútbol que ha unido a un país durante seis largos años despedía su etapa más gloriosa en un partido intrascendente donde ni españoles ni australianos se jugaban nada de cara a la clasificación mundialista al estar ambos conjuntos eliminados de la competición. Lo que había en juego era mucho más que esos tres puntos, era la dignidad de un campeón que no podía despedirse de Brasil sin conseguir al menos una victoria y sanar ese mal sabor de boca que habían dejado los partidoS ante Holanda y Chile los cuales decidieron la descalificación del Mundial para España.
Comenzó el partido con el terreno de juego en estado lamentable. Controles imprecisos, traspiés y pases sin receptor provocados por la situación en la que se hallaba del césped. Parecía salir la selección de Del Bosque como ha acostumbrado en los anteriores partidos, dormida, agotada y sin ideas. Pero apostar por los menos habituales tuvo su premio en la primera parte ya que, la sociedad Villa-Cazorla hizo despertar a la selección y en el minuto treinta y cinco el mismo Villa abrió el marcador con un golazo de tacón a pase de Juanfran, instintivamente el Guaje beso repetidas veces el escudo español demostrando así su compromiso con la roja pese a que suenan rumores que éste puede haber sido el último partido con el cuadro Español. Terminaba así la primera mitad del último partido de la selección española con victoria por la mínima y con buenas sensaciones para despedir este mundial de Brasil.
España quería defender el resultado a favor con el juego que acostumbra a hacer, controlar el balón y llegar poco pero con efectividad y así lo hizo la segunda parte. Comenzó dejándole el balón a Australia, pero no tardó Iniesta en coger la manija del partido y llevarlo a donde la selección quería. Con los cambios realizados España tocaba la pelota y llegaron los siguientes dos goles a manos de Torres y Juan Mata. Se dejaba así de lado las malas sensaciones de los dos partidos anteriores y la Selección española se llevaba el tercer y último partido de España en el Mundial.
A partir de ahora comienza una nueva etapa de cambios pero siempre con la misma esencia que caracteriza a la selección campeona de Europa en dos ocasiones y campeona del mundo en los últimos seis años. La próxima cita llegará en la Eurocopa de Francia 2016, donde España intentará volver a consagrarse en la élite del fútbol mundial y que haga olvidar el mal trago que ha sido el paso por este Mundial.
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